domingo, 11 de septiembre de 2016
El día del 9-11
Paz y Bien...
Hoy se conmemoran 15 años de aquel terrible día en que
Las Torres Gemelas (Twin Towers), fueron atacadas por terroristas. No digo que
se celebra, porque el término es como para festejar, y ese día no fue uno
festivo.
Recuerdo que trabajaba en una égida en Puerto Nuevo, y
mi hija María Vanessa, tenía 4 meses y medio, de nacida.
Al llegar a la oficina ese 11 de septiembre de 2001, luego de dejar a Mi Princesa,
en casa de mami, lo primero que hice, fue encender la radio, como todos los días.
La mañana iba transcurriendo normal, yo estaba
haciendo un trabajo y de pronto escucho por Fidelity (la estación que ponía en
el trabajo), que aparentemente un avión se había estrellado contra una de las Torres
Gemelas. Pensé que era un lástima, que ¿qué habría pasado
con los del control aéreo, que no lo evitaron, o si se les había dañado el
radio del avión? Poco tiempo después,
escucho que otro avión se había estrellado contra la otra torre y le comenté a
mi compañera que ya no era casualidad, que eso era premeditado.
Mi supervisor entró a la oficina preguntando si habíamos
escuchado la noticia y me dijo que subiera el volumen. Todos fueron llegando a la oficina poco a
poco, empleados y residentes llorando y ansiosos, pues algunos tenían familiares
en New York. Nosotros, tratando de
calmarnos y calmar a nuestros viejitos, como les decíamos de cariño.
Se supone que los empleados no entráramos a los
apartamentos de los residentes, sin una orden de servicios, pero ese día las
normas, no valían. Recuerdo que fui al
apartamento de Doña Hilda, el 314, y ella estaba viendo las noticias, me tomó
del brazo y me metió, para que viera las noticias con ella. Fue horrible ver la transmisión, y pensar
¿cómo era posible eso que veíamos? Ver
una torre en llamas y de pronto ver como otro avión se estrellaba contra la
otra torre. Ver las personas saltando al
vacío, por la desesperación; ver las torres
desplomarse al suelo, una primero y luego la otra. Ver a las personas correr
por las calles neoyorquinas, llenas de polvo, sin saber a dónde ir para
sentirse seguros. Luego dijeron lo del Pentágono,
continuaba la escena de terror.
En toda la égida, lo único que se escuchaba eran las
noticias de todos los canales y las estaciones de radio. El entra y sale de los apartamentos, los
comentarios, las oraciones al Padre Celestial, por esas personas de New
York. Otros maldiciendo a los
terroristas, en fin, de todo un poco.
Recuerdo que mami me llamó aterrada, pues mi hermano vivía
en New Jersey y ella no sabía si él estaba en New York, ese día. Afortunadamente, estaba bien.
Durante todos esos días siguientes, mi jefe me decía que
entrara al internet a buscar noticias.
La verdad que es imposible olvidar lo que ocurrió ese día.
Dios tenga en su gloria, a todos los que perdieron la
vida: inocentes, civiles, policías, bomberos, padres, madres, trabajadores,
vacacionistas, y que le siga dando fortaleza a sus familiares; y tenga
misericordia con quienes provocaron tanto dolor.
Dios les bendiga.
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