Paz y
Bien...
Les quiero contar como mi esposo, mis hijos y yo,
pasamos el fin de semana largo del 4 de julio. En años anteriores, para
esta fecha, mi esposo toma sus vacaciones en el trabajo y nos vamos para
Aguadilla, pero como este año, mi hija mayor cumple 15 años, y se lo vamos a
celebrar, teníamos que guardar ese dinero para su fiesta, que aunque no será
como los tradicionales quinceañeros, si habrá gastos.
Día 1
Siempre nos ha gustado pasear por la costa de la isla,
nos encanta el mar y la playa, y casi siempre tomamos la ruta del norte.
Para el día de los padres, fuimos por la costa noreste, así que decidimos
que tomaríamos la ruta este-sureste, pasando por Humacao, Yabucoa,
Maunabo, Patillas, Arroyo y Guayama.
Al llegar a Yabucoa, paramos en unos kioscos a la
orilla de la carretera a comer frituras, pues ya había hambre. Mi esposo y yo
comimos rellenos de pana y mis chicas, alcapurrias, y para refrescarme, una
deliciosa y fría piña colada.
Al terminar, tomamos la carretera equivocada, yo le
decía a mi esposo que estábamos adentrándonos a la montaña y no a la costa y él
me dijo que echara un vistazo al lado derecho de la carretera. WOW... Se
veía el pueblo, pequeñito, de lo alto que estábamos, con razón me sentía
mareada, pero era una vista espectacular. Luego viramos y retomamos la
ruta hacia la costa con mapa en mano y GPS del celular. jajaja
De camino a Maunabo, se veía la costa a lo lejos y
hacia abajo, pues veníamos bajando. Un
paisaje hermoso.
Llegamos a Maunabo e intentamos ir al faro pero
acababan de cerrar, así que para la próxima. Continuamos y nos
detuvimos en un área donde hay unos negocios de comida y bebidas en la orilla
de la playa.
De ahí seguimos hacia el pueblo de Patillas, pasamos
por la Iglesia Católica Inmaculado Corazón de María, que está en la
plaza. Luego pasamos a ver el Lago Patillas. ¡Qué tranquilidad tan
deliciosa, se respiraba..! Allí nos retratamos en un teatro al aire
libre. ¡Bello..! Patillas es conocido
como “La Esmeralda del Sur”.
Algo curioso que observé, es que al oscurecer y cuando
encienden la cruz de la iglesia, es de color verde y no blanca, como se
acostumbra. Supongo que es porque las
esmeraldas son verdes y Patillas es La Esmeralda del Sur.
Como les decía, ya estaba comenzando a oscurecer y
decidimos regresar a nuestra casita, pero tomamos la ruta de Arroyo y Guayama,
pasando por la Iglesia San Antonio de Padua, donde el párroco es nuestro
querido amigo sacerdote redentorista, P. José Rached, a quien le envío un
abrazote.
Saliendo de Guayama, tomamos el expreso 52 hacia el
norte, y llegamos a casa.
Día 2
El viernes, decidimos ir a la playa y fuimos a Dorado,
una playa que nos encanta. En esta ocasión nos fuimos solitos.
Llevamos la parrillita, y mi esposo hizo hamburguesas y "hot
dogs". El día estaba precioso...
Pasamos un rato bien bueno, en familia. Vimos castillos de arena y mis chicos se
fueron a pescar con vasos, jajaja, y pescaron... El día se
fue muy rápido y lamentablemente, estaba terminando y teníamos que irnos, pero
lo pasamos súper.
Día 3
El sábado nos quedamos en casa, pero Mi Grandota fue
con su amiga Ana, al Taller de Mini-Comics Mondo Bizarro, que compartió la
compañera Maryland Cuevas, de "Otros 20 pesos" y su mamá Vivian, las
llevó. Gracias Mary, mi chica no ha dejado de hablar, de lo bueno que estuvo el
taller... El mismo se celebró en la Galería Candela, en la Calle San
Sebastián, del Viejo San Juan.
Luego fueron a dar una vuelta por El Morro y comieron
pizza. En la noche fuimos a misa y nos reencontramos con mi grandota.
Día 4
El domingo,
último día libre de papá, decidimos ir a verificar las indicaciones de cómo
llegar al lugar donde celebraremos los 15 años de mi grandota Adamaris, en Vega
Baja y gracias a Dios, llegamos directo a la finca de mi tía. Hablamos
con la persona que nos rentará las sillas, mesas y la carpa, así que
aprovechamos muy bien el viaje.
En el
camino vimos muchos animales de granja, como caballos, vacas, e incluso una
cabrita que estaba de lo más bonita. También
un pequeño lagarto, yo pensé que era una iguana, pero me aclararon que no. Oops… Me dicen que es de la familia
de los camaleones. Y como siempre digo: “Todos
los días se aprende algo”.
Al regresar, decidimos pasar por casa de los compadres
y, matamos 2 pájaros de un tiro, pues también estaban los otros compadres, que
llegaron de sus vacaciones. jaja Allí estuvimos un rato, Jorge jugó con
Zuki, mientras los demás hablábamos.
Luego, al irnos y cuando pasamos por el pueblo, nos
encontramos a P. Geri, y nos quedamos hablando con él. También llegaron
los compadres. jajaja
Al llegar a casa, fuimos recibidos por mis bebés (los
gatos), los alimentamos, descansamos, un baño y a la cama. jajaja
Así de chévere, pasamos nuestro fin de semana
largo. Sin apuros, y compartiendo el mayor tiempo posible con
la familia que Dios nos regaló.
Dios les bendiga...
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