martes, 9 de julio de 2013

Un gran fin de semana

Paz y Bien...

 Les quiero contar como mi esposo, mis hijos y yo, pasamos el fin de semana largo del 4 de julio.  En años anteriores, para esta fecha, mi esposo toma sus vacaciones en el trabajo y nos vamos para Aguadilla, pero como este año, mi hija mayor cumple 15 años, y se lo vamos a celebrar, teníamos que guardar ese dinero para su fiesta, que aunque no será como los tradicionales quinceañeros, si habrá gastos.
 

Día 1

 Siempre nos ha gustado pasear por la costa de la isla, nos encanta el mar y la playa, y casi siempre tomamos la ruta del norte.  Para el día de los padres, fuimos por la costa noreste, así que decidimos que  tomaríamos la ruta este-sureste, pasando por Humacao, Yabucoa, Maunabo, Patillas, Arroyo y Guayama.

 Al llegar a Yabucoa, paramos en unos kioscos a la orilla de la carretera a comer frituras, pues ya había hambre. Mi esposo y yo comimos rellenos de pana y mis chicas, alcapurrias, y para refrescarme, una deliciosa y fría piña colada.

 

Al terminar, tomamos la carretera equivocada, yo le decía a mi esposo que estábamos adentrándonos a la montaña y no a la costa y él me dijo que echara un vistazo al lado derecho de la carretera.  WOW... Se veía el pueblo, pequeñito, de lo alto que estábamos, con razón me sentía mareada, pero era una vista espectacular.  Luego viramos y retomamos la ruta hacia la costa con mapa en mano y GPS del celular. jajaja
De camino a Maunabo, se veía la costa a lo lejos y hacia abajo, pues veníamos bajando.  Un paisaje hermoso. 

 Llegamos a Maunabo e intentamos ir al faro pero acababan de cerrar, así  que para la próxima.  Continuamos y nos detuvimos en un área donde hay unos negocios de comida y bebidas en la orilla de la playa.

 
De ahí seguimos hacia el pueblo de Patillas, pasamos por la Iglesia Católica Inmaculado Corazón de María, que está en la plaza.  Luego pasamos a ver el Lago Patillas.  ¡Qué tranquilidad tan deliciosa, se respiraba..!  Allí nos retratamos en un teatro  al aire libre. ¡Bello..!  Patillas es conocido como “La Esmeralda del Sur”. 

 Algo curioso que observé, es que al oscurecer y cuando encienden la cruz de la iglesia, es de color verde y no blanca, como se acostumbra.  Supongo que es porque las esmeraldas son verdes y Patillas es La Esmeralda del Sur.


Como les decía, ya estaba comenzando a oscurecer y decidimos regresar a nuestra casita, pero tomamos la ruta de Arroyo y Guayama, pasando por la Iglesia San Antonio de Padua, donde el párroco es nuestro querido amigo sacerdote redentorista, P. José Rached, a quien le envío un abrazote.

 Saliendo de Guayama, tomamos el expreso 52 hacia el norte, y llegamos a casa.

Día 2

 El viernes, decidimos ir a la playa y fuimos a Dorado, una playa que nos encanta.  En esta ocasión nos fuimos solitos.  Llevamos la parrillita, y mi esposo hizo hamburguesas y "hot dogs".  El día estaba precioso... 

 Pasamos un rato bien bueno, en familia.  Vimos castillos de arena y mis chicos se fueron a pescar con vasos, jajaja, y pescaron...    El día se fue muy rápido y lamentablemente, estaba terminando y teníamos que irnos, pero lo pasamos súper.


Día 3

 El sábado nos quedamos en casa, pero Mi Grandota fue con su amiga Ana, al Taller de Mini-Comics Mondo Bizarro, que compartió la compañera Maryland Cuevas, de "Otros 20 pesos" y su mamá Vivian, las llevó. Gracias Mary, mi chica no ha dejado de hablar, de lo bueno que estuvo el taller...  El mismo se celebró en la Galería Candela, en la Calle San Sebastián, del Viejo San Juan. 

 Luego fueron a dar una vuelta por El Morro y comieron pizza.  En la noche fuimos a misa y nos reencontramos con mi grandota.
 

Día 4

 El domingo, último día libre de papá, decidimos ir a verificar las indicaciones de cómo llegar al lugar donde celebraremos los 15 años de mi grandota Adamaris, en Vega Baja y gracias a Dios, llegamos directo a la finca de mi tía.  Hablamos con la persona que nos rentará las sillas, mesas y la carpa, así que aprovechamos muy bien el viaje. 

 En el camino vimos muchos animales de granja, como caballos, vacas, e incluso una cabrita que estaba de lo más bonita.  También un pequeño lagarto, yo pensé que era una iguana, pero me aclararon que no.  Oops…  Me dicen que es de la familia de los camaleones.  Y como siempre digo: “Todos los días se aprende algo”.
 

             
 Al regresar, decidimos pasar por casa de los compadres y, matamos 2 pájaros de un tiro, pues también estaban los otros compadres, que llegaron de sus vacaciones. jaja  Allí estuvimos un rato, Jorge jugó con Zuki, mientras los demás hablábamos.

 Luego, al irnos y cuando pasamos por el pueblo, nos encontramos a P. Geri, y nos quedamos hablando con él.  También llegaron los compadres. jajaja

         
Al llegar a casa, fuimos recibidos por mis bebés (los gatos), los alimentamos, descansamos, un baño y a la cama. jajaja

 Así de chévere, pasamos nuestro fin de semana largo.   Sin apuros, y compartiendo el mayor tiempo posible con la familia que Dios nos regaló.

 
Dios les bendiga...

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